
Lo advierten los expertos: el sistema de acueducto de EPM registra un volumen de
pérdida de agua potable tan grande que equivale a lo que se consume un municipio como
Bello durante todo un año.
Expliquemos. Las pérdidas de agua son la diferencia entre el agua potable que sale de los
tanques de almacenamiento y la que se factura a los usuarios. Esa disparidad se produce
por situaciones técnicas o por actividades comerciales.
Las razones técnicas son diversas: fallas en el sistema, rupturas de tuberías, escapes de
agua en los tanques por medio de filtraciones y el deterioro de los medidores que
registran el agua. Las pérdidas comerciales son otro ítem preocupante: conexiones
fraudulentas al sistema de acueducto.
Luisa María Pérez Fernández, gerente de Gestión Integral Sistemas Aguas de EPM,
asegura que los planes para mitigar dichas pérdidas van desde un programa de búsqueda
sistemática de fugas, hasta un plan de reposición de cerca de 4000 kms de redes en
acueducto y una renovación del parque de micromedidores.
También, existe la oferta de agua prepago que busca mantener y vincular a usuarios que
no tienen un flujo de ingresos apropiados para esperar la factura de fin de mes, un
programa de control de fraude, una gestión social con las comunidades en los
asentamientos y una estrategia social con diferentes programas en los territorios llamada
“Cuido el Agua, Cuido la Vida”.
Impactos y retos
Los impactos de estas pérdidas se reflejan de diferentes maneras. Primero, ambientales:
a mayores pérdidas, mayor cantidad de agua hay que traer de las fuentes naturales de los
embalses para abastecer la demanda.
Segundo, impactos económicos: tener mayor volumen de agua no facturada representa
una mayor atención de daños y fraudes que obligan a destinar más recursos para atender
todas estas problemáticas y, finalmente, van a reflejarse en la tarifa que pagan todos los
usuarios.
Y tercero, un impacto social: cuando hay conexiones no autorizadas el sistema se
descompensa y, a veces, no hay suficiente cantidad de agua para todos los usuarios.
Santiago Ochoa, vicepresidente de Agua y Saneamiento de EPM, recalca el esfuerzo
constante de la empresa en abrir fronteras y crear puentes con las comunidades frente a
los retos sociales:
“Nos ha tocado promover creación de normas y ha sido muy dispendioso, pero lo que
quiero resaltar es que no lo hemos dejado de hacer porque sea difícil la tarea; no la
abandonamos y hemos avanzado, más que ninguna otra ciudad en Colombia, en este
tema” declara el Vicepresidente.
Además, explica que antes de que un ingeniero llegue a revisar el tema entran los
equipos de sociólogos, antropólogos y ambientalistas para entender cómo es la dinámica
de esa comunidad y cuáles son sus necesidades.
“Hemos conformado mesas del agua con los habitantes para empezar a madurar un
proyecto que se pueda desarrollar. En esto, hemos tratado de ser muy conscientes de
que los ciudadanos que están en esta condición, no están allí porque quieren sino porque
las circunstancias los han forzado, muchas veces, a tener que llegar a esa condición y
que, más que un señalamiento de parte nuestra, lo que necesitan es consideración de su
condición particular, que nosotros tengamos consciencia de eso y que desarrollemos las
estrategias que les permitan salir adelante” añade Ochoa.
El agua es cada día un recurso más escaso. Por eso, EPM invita a todos los ciudadanos a
ser responsables con su cuidado y convida a que estén vigilantes y reporten cualquier
indicio de pérdida de agua al 604 444 4115 o en cualquiera de los canales de contacto de
EPM. El cuidado del agua es un ejercicio de corresponsabilidad colectivo y un
compromiso con las nuevas generaciones.